La reserva profesional es la obligación legal que tienen ciertas profesiones de mantener en secreto la información que han recibido de sus clientes. Al contrario de lo que ocurre con otros tipos de deberes de confidencialidad, el secreto profesional se mantiene incluso en un juicio. Además posee una condición moral y otra jurídica, desde el punto de vista moral, existe el deber de guardar el hecho conocido cuando éste pueda producir resultado nocivos o injustos sobre el cliente si se viola el secreto.
El secreto profesional es una obligación de
confidencialidad, que se impone por la necesidad de que exista una absoluta
confianza entre el profesional y quienes acuden a solicitar sus servicios. Por
ejemplo, un acusado no podría contar toda la verdad a un abogado si luego se
pudiese obligar al abogado a declarar como testigo lo que le ha contado. En
otros casos, como el de los médicos, el secreto profesional se basa en el
respeto a la intimidad del cliente.
Todas aquellas personas que por razón de su profesión
prestan servicios, o son confidentes necesarios, son objetos de reserva
profesional todas las circunstancias y situaciones conocidas por el profesional
en el ejercicio de sus funciones.
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